jueves, 13 de diciembre de 2012

Los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una sola mano.

Está a mi lado, siempre en mi cabeza y más en mi corazón. Me apoya, me ayuda en todo lo que puede, es genial. Nunca me ha fallado y confío en que o lo hará. Si yo estoy mal ella sufre conmigo, si estoy bien ella es feliz.
Personas así no tienen precio, están en extinción y quien las posee es el más afortunado del mundo.
Daría todo lo que fuera por encontrar una persona así, que su amistad sea verdadera, que me diga lo que le molesta acabando con un abrazo y un "yo te quiero igual".
Segura estoy de que el 60% de mis penas iban a desaparecer.