una cama,
dos cuerpos, el tuyo y el mío,
sudando, mojados, desnudos,
unidos, enganchados,
hablando en braille, jugando a contar lunares, dejando huella y un "ya nos veremos".
Me buscas, te busco, nos buscamos.
Tú no estás, yo tampoco, no nos encontramos.
Una llamada, nadie contesta.
Un WhatsApp, nunca llega.
Golpes a una puerta, es tarde.
Te has marchado.
Me he marchado.
Tú estás lejos.
Yo estoy lejos.
Te fuiste, nunca volvíste, te perdiste, desapareciste.
Yo hice lo mismo, me perdí, desaparecí, aunque no fui más allá de mi propia cabeza.
Porque el que no arriesga, no gana, pero si arriesgas también puedes perder.