miércoles, 20 de marzo de 2013

No solo nos derrumbamos nosotros.

Una pared puede soportar muchos golpes, pero llega un momento que de tantos que son, se debilita y cede. Las personas funcionamos de la misma manera, podemos soportar muchos golpes, pero llega un momento en el que nos derrumbamos y no vemos la salida, un momento en el que todo en nuestra mente de nubla, se emborrona.
Para poder aguantar cada golpe, se refuerza la pared con cemento o cosa similar, pero nosotros no usamos ese tipo de ayuda, sino que nos apoyamos en otra persona, una persona que está dispuesta a ayudarte en cualquier momento. Pero, ¿qué pasa si no tenemos a esa persona?


Hay algo que deberías saber.

No te enteras de que me encanta que me acaricies, de que me encanta que me toques el pelo, dormirme encima de ti, sentirte a mi lado, que me abraces y nunca me sueltes, que me digas palabras bonitas que puedan sacarme una sonrisa, que me mires a los ojos y me digas que me quieres, que sonrías sin ningún motivo, que lo único que hablen sean las miradas, que me repitas constantemente aquellas cosas que me hacen sonreír, que me des esos besos que encierran un montón de sentimientos y pasiones, sentir tus cálidas manos pasear sobre mi cuerpo, fundirme contigo por momentos. No te enteras de que todo eso es lo que quiero de ti y que no me importa lo demás, que si no lo tengo me falta algo. Quiero hartarme de todo eso, hartarme pero nunca decir basta.

martes, 19 de marzo de 2013

No todo lo malo siempre significa algo malo.

Me ha dado por mirar por la ventana y sacar las manos como si esperara que algo bueno me cayera. Lluvia, eso es lo único que cae, agua en pequeñas porciones. Se me empapan las manos y tras unos segundos las quito y las miro atentamente. Me fijo, y en posición vertical esta imagen se asemeja a unas lágrimas bajando por mi mejilla.


Llueve, sí, pero eso no quiere decir que sea algo malo, al igual que llorar no es que sea malo, se puede llorar de tristeza, vale, pero también de felicidad.

Cuando...


Cuando el miedo ya no existe, cuando las caricias ponen la carne de gallina, cuando los abrazos se convierten en momentos magníficos, cuando los besos parecen interminables, cuando lo único que te deslumbra es su sonrisa, cuando sus ojos se clavan fijamente en los tuyos, cuando te dice te quiero.



lunes, 18 de marzo de 2013

Volar, volar.


"¿Dónde vamos tan deprisa?",
me pregunta su sonrisa.
Si tú quieres, tengo el plan:

Caminar, salga que salga el sol, 
por donde salga el sol,
que no me da.