Una pared puede soportar muchos golpes, pero llega un momento que de tantos que son, se debilita y cede. Las personas funcionamos de la misma manera, podemos soportar muchos golpes, pero llega un momento en el que nos derrumbamos y no vemos la salida, un momento en el que todo en nuestra mente de nubla, se emborrona.
Para poder aguantar cada golpe, se refuerza la pared con cemento o cosa similar, pero nosotros no usamos ese tipo de ayuda, sino que nos apoyamos en otra persona, una persona que está dispuesta a ayudarte en cualquier momento. Pero, ¿qué pasa si no tenemos a esa persona?
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