miércoles, 28 de octubre de 2015

Miedo.

La vida y la muerte. ¿A cuál tienes más miedo?

En la vida, casi todo son obstáculos, preguntas sin respuesta, dudas, idas y venidas.
Personas que te traicionan, que simplemente se van (a veces sin motivo alguno) o te la clavan por la espalda.
Lágrimas, paquetes de pañuelos gastados uno tras otro cuando algo nos duele de verdad.
Enfermedades, algunas incurables, que casi son peores cuando cogen a alguien que quieres que cuando te cogen a ti mismo.

Se dice que estas cosas pasan para hacernos más fuertes, pero, en cambio, muchas consiguen que nos debilitemos, que pasemos a ver el vaso medio vacío, que nuestro gris permanente se vuelva negro.

La muerte, esa gran incógnita de la vida (la vida, qué irónico), la cual nadie sabe despejar. No sabes qué hay después, no sabes cómo llegarás a ella, no sabes si sufrirás, y si sufres, tampoco cuánto. Dejarás de ver a todas las personas que amas, dejarás de tocarlas, de sentirlas, de hablarlas. De reír con ellas, de contarle tus historias, tus motivaciones, tus deseos. Todo eso se acabará para siempre.

Y dime, ¿a cuál tienes más miedo?

miércoles, 27 de mayo de 2015

Ego valeo si vales bene est.

Me he marchado hace unas semanas y no puedo volver. Aquí estoy mucho mejor. Hay una paz increíble. Está todo oscuro, no se oye absolutamente nada, y puedo respirar con tranquilidad.
Pero no estés triste, en el fondo sabes que siempre estaré contigo. No llores, te prometo que estoy bien. Y por favor, sonríe aunque no quieras.

Tal vez no me fui en el mejor momento, pero sabías que lo estaba pasando mal, que todo se me venía encima, y que no podría soportarlo por mucho tiempo más.

Créeme, esto ha sido lo mejor, aunque echo de menos tocar tu piel y sentir tu perfume, pero recuerda, estaré dentro de ti siempre. Siempre.

Ya no.

Me enciendes y me apagas, como si quisieras fumarme pero sabiendo que no debes. 
Día tras día me buscas en tus ruinas, en medio de mil escombros, pensando que quizá estoy por ahí escondida, entre las piedras de tu templo. 


Y no, no estoy, no estaré nunca más, pero sí que estuve. 
Estuve en ti toda la vida hasta que me descubriste y sonreíste, pero ya no. 


Ya no sonríes, pero me buscas. 
Ya no me fumas, pero tienes mono. 
Ya no estoy, pero estuve.

sábado, 28 de febrero de 2015

Complementarios.

Y te marchitas
como una rosa en el jardín.
Y te pierdes
como un perro en la estación.
Y sonríes
como si estuvieras cuerdo.
Y te quemas
como una cerilla puesta del revés.

Y sufres si ella sufre.
Y ríes si ella ríe.
Si ella está mal, tú peor.
Si está bien, tú el doble.



Si la ves bailar cuando escucha su canción preferida
piensas que está loca,
esa locura que necesitas para sentir que estás vivo.

Si la ves llorar cuando ve una película de amor
piensas que es sensible,
lo que te impulsa a abrazarla como si no hubiera mañana.


Y después de eso piensas
"qué bonita es mi vida desde que tú estás en ella".

jueves, 29 de enero de 2015

Solo cicatrices.

Y dices,
que solo son cicatrices,
pero bajo esas cicatrices
se esconde un horrible pasado.

Y yo,
dispuesta a todo,
quiero besar esas cicatrices
y borrarlas de tu piel.

Y sé que,
no hay mejores besos
que los míos
para curar tanto daño que has sufrido.

Es más fuerte quien más sonríe.

Nació en un mal lugar, en una mala época. La pobreza se apoderaba de su familia, apenas tenían pan para llevarse a la boca, ni agua potable. Su madre murió de cáncer, su padre era alcohólico y no se hacía cargo ni de él ni de sus hermanos. Le quitaron la custodia y los niños ingresaron en un centro. Una familia adoptiva se hizo cargo de ellos. Todo parecía que iba a ir bien, pero no fue así. Les abandonaron. Su hermano murió de hambre y frío en la calle. Él se buscó la vida como pudo: por el día husmeaba en los contenedores más cercanos para encontrar comida y, por la noche, dormía entre cartones.

Ahora, años más tarde, tiene una vida decente. Vive solo en un pisucho de periferia con un perro. También le acompaña una sonrisa. Una sonrisa que no se le borra ni mientras duerme.

Y pensarás... ¿por qué está tan feliz después de todo lo que le ha tocado pasar?
Resulta que, lo que no te mata, te hace más fuerte, y este chico se ha hecho muy fuerte. Y de ahí su sonrisa, de su gran fuerza, que si el mundo te jode, destrozale tú a él con tu sonrisa. Me atrevo a decir que las personas que peor lo han pasado en su vida son las que más sonríen, y en este caso está más que demostrado.

Que no hay nada mejor que ver a alguien sonreír, joder.

lunes, 26 de enero de 2015

Espejismo.

Otra noche más aquí, al frente de una pantalla viendo cómo los minutos pasan. Y es que empieza a ser monotonía mirar el reloj y ver pasar las horas, pero cada noche es igual, todo es la misma mierda, quien tiene que estar no está, y yo, sobro.
Me sobra espacio en la habitación, me sobran huecos por todas partes, me sobra parte de la cama, me sobra oxígeno incluso.
Me sobran recuerdos, me sobran canciones, me sobran pensamientos y me sobran las ganas, muchas ganas. De tenerte aquí conmigo, y todo lo que eso conlleva.
Pero, ¿por qué no vienes?, ¿qué te lo impide?, ¿acaso no me necesitas?, ¿acaso no te mueres por mis huesos?, ¿ni por mi piel?
Bueno, no lo sé... en realidad no lo sé... quizá soy yo quien se muere por tus huesos y por tu piel, y tú... tú solo eres un espejismo.

martes, 20 de enero de 2015

Quimera.

Me enciendo un cigarro mientras espero que aparezcas por mi puerta, con esa sonrisa que me vuelve tan loca, esa camiseta que tanto te gusta y te tumbes en mi cama, a mi vera. Tus labios, tus besos, tus caricias, esas manos tan calurosas que me alegran cada invierno. Que nos miremos de frente y sonrías como un idiota.

Hace frío, y hay mucho silencio, una gran niebla en mi cabeza que no cesa, mis labios llenos de grietas necesitando los tuyos para curarse.

Se me ha consumido el cigarro, y, no estás.