Al igual que tapándote los ojos nunca desaparecerás, escondiéndote debajo de las sábanas no eres invisible, o por marcharte los problemas no se irán.
A mi siempre me decían que no tuviera miedo a la oscuridad, a quedarme sola en casa, a los animales, a personas con apariencias poco normales...
Hoy, me he dado cuenta, de que todo eso va desapareciendo con el tiempo, y con él, las personas más queridas por uno mismo, en ocasiones no se puede hacer nada y lo que nos queda es seguir adelante, y lo más importante olvidar el sufrimiento.
Porque no vale la pena hacerse daño con esos pensamientos del pasado, que el pasado, pasado es, y hay que mirar al futuro, y lo más importante, al presente.
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