miércoles, 30 de noviembre de 2011

Recuerda mis tristes palabras porque nunca más las volverás a oir.

Ella estaba sentada en una piedra, cerca del río, con la mirada perdida en el fondo del agua. Apareció su mejor amigo, se sentó a su lado, la miró, y la dijo:
- Ari, escúchame, necesito decirte una cosa.
+ Eh... perdona. ¿Qué ocurre?
- No importa, verás, en 2 días me mudo a otro lugar, muy lejos de aquí, demasiado yo diría... no volveremos a vernos Ari, nunca más...
+ ¡¡Qué dices!!, ¡¡no puede ser!!, ¿qué voy a hacer ahora sin ti?, no puedes irte, no puedes...
- Lo siento, no depende de mi, solo te quiero decir que eres la mejor persona que he conocido en la vida, que muchísimas gracias por estar conmigo en todo, que te voy a echar infinidad de menos, nunca voy a olvidarme de ti, nunca... te quiero Ari, un universo entero.

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